Los anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 pueden persistir al menos 20 meses después de tener covid, incluso en gente no vacunada. Así lo demuestra un estudio realizado con personal sanitario de la Catalunya Central.
La investigación ha sido coliderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Instituto Catalán de la Salud (ICS) Cataluña Central y el Instituto Universitario para la Investigación en la Atención Primaria de Salud (IDIAP Jordi Gol ), con la colaboración de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA). Se ha publicado en la revista BMC Medicine.
Este mes de septiembre, Carlota Dobaño, investigadora de ISGlobal, y sus colegas publicaron un artículo, también en BMC Medicine, en el que mostraban que en un grupo de 64 personas de entre 40 y 70 años, no vacunadas, algo más de un tercio ya no tenían anticuerpos detectables un año después de la infección.
Pero Dobaño, coautora también de este nuevo artículo, explica que «es importante realizar este tipo de estudios en diferentes cohortes».
En este segundo caso, los investigadores han evaluado la persistencia de anticuerpos de tipos IgM, IgA e IgG dirigidos contra proteínas clave del virus en muestras de 247 personas con infección sintomática y todavía no vacunadas.
Todas eran personal sanitario de la cohorte CoviCatCentral y las muestras se tomaron en ocho momentos diferentes entre el verano de 2020 y noviembre de 2021.
Esto permite observar la persistencia de los anticuerpos en un grupo más amplio, más joven, a lo largo de más tiempo y con participantes que por su trabajo se encuentran en situación de mayor riesgo.
Menos anticuerpos en fumadores.
Los resultados muestran una esperada caída paulatina y considerable en los niveles de anticuerpos. Pero, a los 20 meses, más del 90% de los participantes seguían teniendo anticuerpos frente a los cinco antígenos virales analizados en todo momento del estudio.
Incluso en las 23 personas que todavía no se habían vacunado en noviembre de 2021, la seropositividad se mantuvo en un 95%. Sólo hubo ocho reinfecciones durante el período de seguimiento.
Esto sugiere que la inmunidad es robusta y duradera, incluso frente a las nuevas variantes tales como alfa y delta. Sin embargo, los autores también recuerdan que el estudio se hizo antes de la llegada de ómicron.
También existen factores que afectan a los niveles de anticuerpos. Disminuyen con la edad o por tabaquismo. En cambio, si el covid ha provocado hospitalización o ciertos síntomas (fiebre, pérdida de gusto y olfato) los niveles suelen ser más altos.
Los autores también recuerdan que las personas previamente infectadas también se benefician de la vacunación y que la inmunidad híbrida es la que mejor protege.
Se entiende por inmunidad híbrida la que protege a individuos que han pasado la enfermedad y que antes o después de la infección han recibido la vacuna contra la covid.
En un estudio publicado en junio en Environmental Research, investigadores de la Universidad Médica de Graz, Austria, y de la Universidad de Stanford, en California, concluían que la inmunidad natural adquirida tras la infección por SARS-CoV-2 parece muy efectiva por proteger contra reinfecciones y, más importante, contra los efectos más graves de la enfermedad.
Apuntaban que la eficacia de la inmunidad natural parece incluso igual o superior a la proporcionada por las vacunas, si bien los datos, matizaban, no eran del todo consistentes. Y destacaban que, en cualquier caso, la inmunidad híbrida parece la más eficaz.